Ingenieros lingüisticos "modernos" y demás sanguijuelas

 

Relataba el fantástico autor Jean Baptiste Poquelín más conocido como "Moliere" en su célebre obra "El enfermo imaginario",como su protagonista el viejo Argan,ante el "entusiasmo" por lo que era en el siglo XVII "la ciencia moderna",acababa rodeado de supuestos médicos que en realidad no eran más que embaucadores elegantes los cuales, "empoderados" por un supuesto deber preventivo, diagnosticaban "malestares permanentes", cuyo único fín era el de saquear y exprimir hasta el último real  del viejo y crédulo "Argán",vendiéndole ungüentos y remedios milagrosos calificándolos con los más estrambóticos y variopintos términos, para hacer más verosímil su charlatanería.

Por desgracia en pleno siglo XXI, parece que la opinión pública no ha captado la esencia crítica de la obra, la cual nos muestra en resumidas cuentas, como unos señores en virtud de un supuesto "bienestar social" y "corrección" pueden convertirse en lo que se conoce como "ingenieros lingüisticos".

El ingeniero lingüistico en el mejor de los casos, ya de por si malo, puede perseguir el simple afán de lucro personal via subvención, lo que comunmente se pueden denominar como "sanguijuelas sociales" que llenan sus bolsillos,los cuales a diferencia de la pobre sanguijuela no tienen fondo.

En el peor de los casos y volviendo al efecto de los potingues y ungüentos que le recetaban al viejo Argán, los médicos embaucadores,pueden producir efectos verdaderamente demoníacos como la perdida de la noción de la realidad.

Este efecto acontece demasiado a menudo con determinados charlatanes modernos profesionales cuyo nombre anteriormente he mencionado, cuyas oscuras intenciones en apariencia bondadosas, solo persiguen el acelerar la descomposición social o normalizar la precariedad,desorientar y enajenar a quién los escucha y aferra a ellos.

Como las sanguijuelas los "Ingenieros lingüisticos modernos" no tienen inconveniente en adoptar la transversalidad ideológica,bien sea por la izquierda, con conceptos etereos como el patriarcado o bien sea en el ámbito más liberal del Marketing, con expresiones como "zona de confort" o "versiones" supuestamente mejoradas de uno mismo, como si el lector fuera un simple programa informático actualizable cada x tiempo.

Anteriormente remarqué que el efecto menos malo (no por ello bueno) es el simple y puro afán de lucro, en el peor de los casos, términos pérfidamente bien elaborados pueden amenazar el buen juicio y raciocinio de las masas,las cuales anestesiadas por la dictadura de lo políticamente correcto se ven arrastradas a auténticos debates bizantinos,que sirven de cortina de humo para tapar los verdaderos problemas de la sociedad.

Y es que estos ingenieros de poca monta, tienen el ingenio valga la redundancia, para inventar términos bien basados en divagaciones neuróticas y manías persecutorias como en los casos de movimientos como feminismo o LGTBI , los cuales están enfrascado en una constante y loca competición sectaria, por ver quién supuestamente es el más agraviado por el patriarcado o la sociedad, o bien vertientes liberales se hallan igualmente enfrascados en la búsqueda de "supuestos impedimentos" a una vida prácticamente de cine, y las cuales por supuesto demonizan y envenenan sociedades enteras prometiendo espectativas vitales que luego producen también frustraciones vitales,con términos como "zona de confort" o "versión nueva de ti mismo", por supuesto quién aquí salen mal parados son valores sanos como la estabilidad laboral, la convivencia,la tradición o la espiritualidad que para estas mentes repugnantemente retorcidas se convierten en "Tóxicos" y carentes de una supuesta positividad.

Así es como se da la paradoja en busca del "jardín del edén" izquierda,derecha y centro acaban confluyendo y generando problemas que antes no existían.

Esta confluencia tiene en común con una obsesión enfermiza por dar nuevos nombres a nuevas discriminaciones,agravios,o violencias que son usados hasta la extenuación y que aún estando vacíos de contenido tienen un poder de retroalimentarse y generar nuevos males, que "antes supuestamente se ignoraban" pero que como los médicos del enfermo imaginario estos charlatanes,nos dictaminan que debemos agradecerles haberlos descubierto.

No menos vacía de contenido es la obsesión terminológica de buscar "supuestas represiones" que impiden que nuestras vidas sean poco menos que un parque de atracciones,para ello y siento repetirlo, "Zona de confort" es una de las más ilustrativa,ya que nos expone un modelo de vida falso, en que teóricamente el hombre ha de vivir en una permanente juventud,viviendo infinitas experiencias con amantes,aventuras de deporte de alto riesgo" eso si, bajo un elaborado maquillaje terminológico que nos da a entender que quieren hacernos superar "supuestos miedos" y vendiéndonos que todo el mundo al ser supuestamente igual, puede hacer lo que se proponga, ignorando la biología más elemental y sustituyéndola por una supuesta "actitud positiva".

Tampoco podemos olvidar los "Genios del eufemismo" los cuales con términos como por ejemplo "Deconstrucción" ocultan fenómenos desgarradores como la destrucción o que tras construcciones de verdad de perogruyo como "Reajuste de Plantilla" pretenden enmascarar el drama social que supone para una persona el perder su puesto de empleo.

Lo peor de toda esta labor de los "ingenieros lingüisticos" son los problemas sociales que acarrean, los cuales acaban en depresiones,frustraciones y confusiones que tristemente desenbocan en psicólogos y psiquiatras los cuales ven con asombro como desde el siglo pasado han duplicado,triplicado o quintuplicado su clientela.

Y es que para terminar de desmontar a estas sanguijuelas, no hay mayor evidencia que exponer que allí donde ellos no están, como en países del segundo, tercer mundo y algunos aún no contaminados del primer mundo,sus intrincados y supuestos nuevos males y discriminaciones o represiones"supuestamente descubiertas por ellos" ni están ni se les espera, y por consiguiente la tasa de asistencia a psiquiatras o psicólogos tiene un número relativamente normal, en definitiva la causa de los problemas que ellos mismos diagnóstican son ellos, por lo tanto su erradicación es el mejor remedio.

Guillermo Fernández González






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