Entrevista al Capitán del ejército de Guatemala Oscar Platero

En primer lugar queremos dar las gracias desde este blog por darnos la oportunidad de entrevistarlo Capitán Óscar Platero, es un privilegio poder contar con testigos de primera mano, de un pasado que se ha demostrado que actualmente se ha vuelto muy presente en nuestros días.

 

En primer lugar si usted lo desea ¿Podría exponernos un poco de su biografía y hoja de servicios?

 

Respuesta. Muchas gracias a usted por la oportunidad de poder transmitir mis vivencias, experiencias e investigaciones sobre el pasado reciente de mi bella Guatemala. Soy un orgulloso soldado en situación de retiro, instructor y conferencista en el ámbito nacional e internacional sobre la historia del Enfrentamiento Armado Interno que se impuso desde el exterior a mi País. Mi obra histórica principal, -además de cientos de ensayos y documentos-, la denominé “Las Batallas por Guatemala”, y es la crónica sobre el antecedente, desarrollo, y secuelas del EAI. Consta de 10 tomos de los cuales he presentado 8 a la fecha y es la obra más extensa y documentada,  escrita a la fecha en Guatemala sobre lo sucedido durante nuestra historia reciente.   

 

Como sabrá, somos rehenes de la actualidad política, y recientemente ha surgido a la palestra política nuevamente la figura de Jacobo Árbenz ¿Que sentimientos le inspira? ¿Qué hay de mito y realidad en este personaje?

 

El Coronel Jacobo Árbenz Guzmán nació en la ciudad de Quetzaltenango el 14 de Septiembre de 1913, hijo de un comerciante de origen suizo alemán Jacobo Árbenz Greobli y Octavia Guzmán Caballeros.  Por influencias del General Jorge Ubico Castañeda Presidente de la República se le facilito el acceso al examen de admisión a la Gloriosa Escuela Politécnica (Escuela Militar) el cual aprobó y dio inicio a su carrera Militar habiendo tenido el honor de ser Sargento Primero de Caballeros Cadetes y Abanderado. Los dos más grandes honores a los que se hace acreedor un Cadete. Luego de graduado le fueron conferidos dos honores más, retornar como Instructor de cadetes a la Escuela Politécnica, y posteriormente ser Comandante de la Compañía de Caballeros Cadetes. 

Por razones de espacio y para mayor comprensión de los lectores de esta entrevista, debo hacer una rápida y corta crónica del porqué un distinguido Oficial del Ejército de Guatemala fue cooptado por la dirigencia del Partido Comunista guatemalteco (al que los marxistas denominaron posteriormente Partido Guatemalteco del Trabajo –PGT-)  y las circunstancias que rodearon ese acontecimiento que marcó  en adelante el futuro de nuestra Patria y como veremos dio inicio a la polarización ideológica que nos llevo posteriormente al Enfrentamiento Armado interno.

 

Luego de la Revolución de Octubre de 1944, (que en realidad fue un combate entre unidades regulares del Ejército de Guatemala que se oponían a que el General Ponce Vaídes extendiera su control del Estado obtenido luego de ser miembro de la Junta de Gobierno que sucedió al General Jorge Ubico Castañeda tras su renuncia como Jefe de Estado), llego a la presidencia el Doctor Juan José Arévalo Bermejo de cuya gestión no hare comentarios por razones de espacio.  

 

Al comenzar el año 1948 ya el panorama político guatemalteco iba adquiriendo las condiciones que terminarían con los sucesos trágicos que se desencadenarían en 1949. Con el correr de los días se iban perfilando ya las candidaturas  para el período presidencial siguiente; Jacobo Árbenz como Ministro de la Defensa Nacional, se perfilaba desde ya como el candidato de la Izquierda, y  el Coronel Francisco Javier Arana, Jefe de las Fuerzas Armadas era el candidato de los diferentes sectores conservadores y contaba además con un fuerte grupo del Ejército en su favor.  Arana  en junio de ese año se lanzó abiertamente a la lucha pre electoral, al fundar la Unión Nacional Electoral, un movimiento político llamado a unificar a las fuerzas encuadradas en lo que desde ya se conocía como el Aranismo  En agosto fue lanzada la candidatura de Arana a  la Presidencia, y la izquierda apresuro la consolidación de la candidatura de quien debería de ser su rival, Jacobo Árbenz Guzmán.

 

El año 1949 se inició con una fuerte efervescencia política, conscientes de la volátil situación el Alto Mando Militar sostuvo una reunión con el Presidente Arévalo a principios del mes de Mayo haciéndole saber su preocupación por la creciente división interna que las candidaturas de dos altos oficiales en activo habían generado en la Institución; por lo que le solicitaban al Comandante en Jefe su mediación. El Presidente Arévalo conto posteriormente que luego de tres cenas cordiales, realizadas en Casa Presidencial Árbenz había decidido postergar su candidatura seis años más, cediendo el paso con ello a la candidatura de Arana.

Arana como persona de mayor edad, recibiría todo el apoyo para lanzarse y ganar las elecciones programadas para finales de 1950, mientras tanto Árbenz quedaría como candidato para las elecciones de 1956. Esta decisión hacía honor a la conducta del Coronel Arana, quien en la práctica poseía el mando real del Ejército. Al conocer sobre el pacto acordado, los comunistas que apoyaban la candidatura de Árbenz, estallaron en insultos y rechazos a dicho acuerdo, presionando a Árbenz a que denunciara o diera por terminado el mismo. Ante la presión Árbenz comunicó a Arévalo que el pacto quedaba sin efecto. 

Con el poder real que los comunistas tenían dentro del aparato del Estado y sintiéndose  envalentonados por su control de los sindicatos y asociaciones de izquierda, habían empujado a Árbenz a faltar a su palabra y a  lanzarse de frente contra su contrincante.  Mientras esto sucedía los avances de los comunistas eran palpables; en el año 1945 habían formado la Escuela Claridad, como una estructura de formación de cuadros (dirigentes) marxistas,  esta empezó a funcionar el 21 de Octubre de 1945.  

Ante el rechazo que provoco públicamente, Arévalo la clausuro en el mes de Enero de 1946 deportando a varios de sus dirigentes; pero con su aprobación estos retornaron inmediatamente y continuaron con su trabajo de penetración en una forma clandestina;  en agosto de 1946 funcionaban ya como la facción del Partido de Acción Revolucionaria PAR, denominada Vanguardia Democrática; declarando que el marxismo era su ideología y con la intención de formar parte del Movimiento Comunista Mundial.  

El secretario general del PAR José Manuel Fortuny Zea  y otros cuadros como Alfredo Guerra Borges, Mario Silva Jonama, y Bernardo Alvarado, eran parte de este círculo y pronto crearían su propio frente de masas, utilizando un camuflaje para no ser tan descarados como al inicio con la Escuela Claridad. La cúpula del PAR mantenía estrecha relación con María Vilanova, la Primera Dama y  esposa de Árbenz, en especial José Manuel Fortuny Zea quien ejercía una creciente influencia en el Ministro de la Defensa, quien iba aproximándose lentamente a las posiciones marxistas. Los comunistas que veían en Árbenz su candidato natural, sabían que Arana era el enemigo a vencer. 

El Coronel Arana en 1949, no contaba con el apoyo de Arévalo, quien había impulsado inicialmente como candidato a Manuel Galich y luego dejo a este para apoyar a Jacobo Árbenz Guzmán.  Sin embargo Arana contaba con el apoyo de un fuerte sector del Ejército, que nacionalista como era, rechazaba la posibilidad de que nuestro País fuera comunista.

El poder de Arana sobre las fuerzas militares era visto con recelo y desconfianza creciente y las elecciones para renovar al Consejo Superior de la Defensa CDS, deberían efectuarse inicialmente el 12 de Julio de 1949 pero por razones desconocidas fueron postergadas para el domingo 17 de julio. Para Arana era muy importante mantener la mayoría de votos con que contaba en el CSD ya que este órgano era quien propondría ante el Congreso la terna para que fuera designado el nuevo Jefe de las Fuerzas Armadas, y en los días previos a las elecciones había sido trasladado a Arana como Jefe de las Fuerzas Armadas el malestar de los Comandantes de Zonas militares sobre el giro hacia el comunismo que estaba tomando el gobierno de Arévalo exigiéndole los Comandantes mediante el Coronel Gabino Santizo que debía dejare clara la posición del Ejército. Los acontecimientos se precipitarían a partir de ese momento.

El sábado 16 de Julio de 1949,  Arana llego furioso al despacho del Presidente Arévalo a manifestarle que sin que fuera de su conocimiento el Coronel Francisco Cosenza, Comandante de la Fuerza Aérea  lo estaba traicionando, pues había embodegado 400 fusiles con su correspondiente dotación de munición; armamento que había llegado a Cosenza, cuando José (Pepe) Figueres (Presidente de Costa Rica para esas fechas), lo había devuelto a Guatemala por la vía aérea, luego de que le habían sido prestadas por orden de Arévalo para el Golpe de Estado que Figueres había dado en contra de las autoridades de Costa Rica, en marzo de 1948. Armas proporcionadas como parte del apoyo que Arévalo estaba dando al proyecto liderado en la región por el Presidente cubano Juan Prío Socarras, denominado Legión del Caribe.

Argumentaba Arana que estas armas las escondía Cosenza en la finca El Morlón (chalet presidencial durante el gobierno del General Ubico). Arana pidió  a Arévalo destituir a Cosenza y Arévalo quien conocía de la existencia de esas armas no dijo nada al respecto y autorizo la destitución. Arana procedió a la destitución de Cosenza nombrando al Coronel Arturo Altolaguirre como nuevo Comandante de la Fuerza Aérea. Preocupado por la intención de esconder esas armas y el destino que se les daría, ya que Árbenz era presionado por los comunistas a conformar un grupo de milicias populares que sería un contrapeso en  contra de las fuerzas militares recordando el uso por los comunistas españoles de las Milicias Populares durante la Guerra Civil Española (1936-1939); los Comandantes militares sabían que la manipulación de las organizaciones obreras y campesinas era la especialidad de los comunistas. 

Arana visito nuevamente el despacho presidencial ese sábado por la tarde, y procedió a presentar a Arévalo un ultimátum para que pidiera la renuncia de su Gabinete y que lo escogiese de una manera menos inclinada hacia los comunistas, recordando su solicitud de que fuera incluido en el mismo, el dirigente político de derecha Mario Méndez Montenegro. Primordial acción dentro de la reestructuración del Gobierno sería el pase a retiro de las filas del Ejército de Árbenz y sus partidarios militares recordándole a continuación las elecciones  para seleccionar a los nuevos miembros del Consejo Superior de la Defensa que se realizarían la siguiente  semana, de las que el Congreso nombraría a su sucesor.

Con esta acción sellaba su suerte pues el choque contra Arévalo y Árbenz era inminente pues desde el bando de Arévalo y Árbenz también se discutía la defenestración de Arana, como Jefe de las Fuerzas Armadas.   Esa  noche se efectuó en la residencia de Árbenz ubicada en la Avenida de la Reforma una reunión urgente en donde participaron el Mayor Carlos Paz Tejada Presidente del Consejo Superior de la Defensa;  y todos los partidarios civiles  de izquierda  leales a Árbenz quien expuso lo grave del ultimátum presentado por Arana al Presidente y propuso a Paz Tejada adelantarse y la toma de la Base Militar La Aurora, 600 hombres que serían seleccionados entre sindicalistas y policías, armándolos para el efecto con las armas disponibles en la Finca El Morlón. 

La planificación para destituir o asesinar  a Arana se fraguó durante esa noche. El lunes 18 de Julio de 1949 Arana visito en su despacho al Presidente Arévalo y le manifestó que recogería el armamento que se encontraba en El Morlón, y se dirigió hacia la Base Militar La Aurora en donde había ordenado al Coronel Arturo Altolaguirre que tuviera listo un camión militar para recoger las armas, y  se movió en el  automóvil oficial que el mismo conducía hacia el Parque Central para recoger al Coronel  Girón, Jefe del Estado Mayor Presidencial;  nombrado por Arévalo para acompañarlo a cumplir con esa misión. Luego se enfilo hacia El Morlón acompañado del Coronel Girón y su ayudante el Mayor Absalón Peralta, en el asiento trasero, y su chofer Francisco (Chico) Palacios en el asiento delantero. El trayecto se efectuó sin novedad, procediendo la comitiva a cargar el camión con el armamento descrito al encontrarse en el lugar de destino. 

Lo cierto es que existía una conspiración para capturar o asesinar a quien se opuso hasta su muerte a la posibilidad de que los comunistas tomaran el poder en Guatemala. En ella intervinieron el Presidente Juan José Arévalo Bermejo, Jacobo Árbenz Guzmán y la mayoría de dirigentes del PAR. La decisión fue tomada en la sede del gobierno y en ella se decidió integrar una comisión, que supuestamente capturaría al Coronel Arana, y luego de su captura (si se realizaba) enviarlo desterrado a Cuba en donde el Presidente Prío Socarras había autorizado para que fuera enviado por la vía aérea.  

La comisión estaba integrada por el Capitán Alfonzo Martínez Estévez, Presidente de la Comisión de Defensa del Congreso y amigo personal de Árbenz;  el Mayor Enrique Blanco subdirector de la Guardia Civil;  Héctor Castañeda Jefe de Juventudes del PAR; Francisco Morazán, Julián Polanco y Luis Siekavizza de la Juventud Democrática Comunista; el periodista Carlos Palmieri y el Teniente Carlos Bracamonte, del Estado Mayor Personal de Árbenz. El grupo, compuesto por 20 hombres armados se dirigieron desde la ciudad capital hacia Amatitlán en dos vehículos;  el automóvil oficial de la Primera Dama María Vilanova  y un vehículo de la Guardia Civil.  El propio Árbenz viajo en su vehículo oficial hacia el punto seleccionado para observar los hechos, el Cerró El Filón de Amatitlán.

Como resultado de la emboscada murieron intentando cruzar el puente La Gloria el Coronel Arana y su ayudante el Mayor Absalón Peralta, y para sellar esta bajeza el cadáver del Coronel Arana fue trasladado inmediatamente a la residencia de Árbenz, obviando seguir todo procedimiento de ley, llevándose detenido al chofer de Arana quien iba herido en la espalda.

El 21 de julio Arévalo recibió en su despacho a un grupo de amigos que habían apoyado su gobierno, entre lo que se encontraban Francisco Villagrán, José Röltz Bennett, Ernesto Viteri Bertrand y Federico Röltz Bennett, quienes le exigieron esclarecer la verdad de  lo sucedido, hacer una declaración de duelo, y que se iniciaran una investigación judicial sobre los acontecimientos del puente La Gloria;  Arévalo les dijo, “esta mancha no me la puedo quitar “estoy salpicado con sangre”.

Luego de su asegurado triunfo en las elecciones, Jacobo  Árbenz  tomo posesión como Presidente el 15 de Marzo de 1951 tras obtener gran cantidad de votos entre los campesinos analfabetos orientados por las Ligas Campesinas. Sin embargo el voto duro conservador y urbano, votó por el General Miguel Ydigoras Fuentes, Árbenz perdió estrepitosamente en la ciudad capital

La influencia que ejerció en Árbenz su esposa María Vilanova llevándolo a explorar temas político-sociales formo una mancuerna que poco a poco se fueron radicalizando.  Fue María quien primero tomo contacto con las ideas comunistas por su amistad con dos mujeres que  la acompañaron como sus  secretarias privadas cuando se convirtió en la Primera Dama; ambas, la dirigente comunista chilena Virginia Bravo Letelier, y la dirigente comunista salvadoreña Matilde Elena López,  asilada en Guatemala gracias a la amistad con la pareja, ambas ejercieron un fuerte ascendiente sobre la pareja presidencial. 

María, apasionada por la lectura marxista fue quien llevó a Árbenz a adentrarse en ella. El Capital, El Manifiesto Comunista, y lecturas de Carlos Marx, Federico Engels, Feuerbach, Antonio Gramsci, Palmiro Togliatti etc. los llevarían a profundizar y aceptar con pasión dicha ideología; baste decir que ya como Presidente, Árbenz en una reunión expreso que la Apreciación de Situación, método utilizado para el razonamiento y aplicación de la táctica militar, se comparaba según él, con los principios fundamentales del Materialismo Dialéctico,  argumentando  que ambos tienen la misma base filosófica. 

Podemos afirmar que Árbenz fue utilizado por los comunistas, quienes, luego al sentirse amenazados en su existencia y modus vivendi lo abandonaron, y tras permanecer exilado en Cuba en donde se inscribió oficialmente en el Partido Comunista de Guatemala se dedicó a vagar por Europa, y abandonado por su familia y sus mentores marxistas falleció en soledad en el Distrito Federal, México.  

 



Como comprenderá, siendo español y aún joven con inquietudes, uno no puede evitar uno de los capítulos, más impactantes quizás que la diplomacia española ha vivido "El supuesto asalto a la embajada española de Guatemala"Usted como testigo de primera mano

¿Cuál es su versión?

 

Por la importancia de hacer prevalecer la verdad histórica y contrarrestar la desinformación y deconstrucción de la historia de mi País que ha divulgado en forma perversa la derrotada izquierda terrorista, incluyo a continuación la columna publicada en su blog por el ya fallecido periodista Jorge Palmieri, uno de los decanos de la prensa independiente en Guatemala.


“Lamento tener que ser repetitivo, pero aunque ya he publicado la historia de lo que realmente ocurrió en la tragedia del 31 de enero de 1980 en las oficinas de la Embajada de España en Guatemala, creo necesario publicarlo de nuevo para quienes ignoren la verdad. Y no me cansaré de repetirlo cada vez que sea necesario, como ahora que la Audiencia Nacional de España está reviviendo el juicio que la indígena guatemalteca Rigoberta Menchú Tum, premio Nobel de la Paz 1992, entabló contra algunos altos funcionarios del gobierno guatemalteco de aquellos días. 


No me mueve otro interés que no sea el deseo que prevalezca la verdad y desmentir a quienes, ya sea porque estaban comprometidos o por un espíritu vengativo, o por su ideología política, achacan toda la responsabilidad a las autoridades del país y no toman en cuenta que la principal culpabilidad fue del villano que, desafortunadamente, era el Embajador del reino de España, Máximo Cajal y López, cómplice de los invasores supuestamente pacíficos a su embajada. 


Desde antes de que Cajal y López viniera a nuestro país a desempeñar el cargo de Embajador del Reino de España, el Gobierno guatemalteco había sido informado por su respetable y bien recordado antecesor, el embajador Carlos Manzanares y Herrero, que Guatemala tendría que tener cuidado con él por ser muy conflictivo y de extrema izquierda, lo que no habría sido motivo de objeción de no ser porque se estaba viviendo una confrontación armada entre las fuerzas regulares del gobierno y la guerrilla subversiva apoyada por comunistas de varios países. 


No obstante, el gobierno cometió el error de extenderle el beneplácito reglamentario. Con los datos que se tenían de él, la Cancillería no le debió conceder el beneplácito.  Además, se sabía que él realmente deseaba ir a Cuba con ese mismo cargo, pero aceptó a regañadientes venir a nuestro país con su compañera de vida Beatriz de La Iglesia, hija del famoso humorista Álvaro de La iglesia, una mujer bastante atractiva y de su misma ideología,  con quien tenía una relación de concubinato. 


Aún antes de presentar los originales de sus Cartas Credenciales al Presidente de la República, General de División Fernando Romeo Lucas García, Cajal expresó en diferentes reuniones diplomáticas y sociales ciertos comentarios impertinentes contra  el gobierno guatemalteco y a favor de los subversivos –lo cual está terminantemente prohibido por la Convención de Viena–, al extremo de viajar varias veces a Quiché para entrevistarse con elementos antigobiernistas por medio del entonces obispo de ese departamento, Juan Gerardi Conedera, quien era sabido que simpatizaba con la subversión. 


Por este comportamiento imprudente de Cajal, con el cual estaba en desacuerdo, el secretario de esa misión diplomática, mi recordado amigo Jaime Ruiz del Árbol, deseaba ser trasladado a otro país, como nos dijo a varios de sus amigos, porque no estaba de acuerdo con las perversas intromisiones del embajador Cajal en los asuntos internos de Guatemala por su ideología socialista; aunque, después de la tragedia, cuando regresó a España, su inconsolable viuda María Dolores Cruz Moratinos (Lola) haya sido obligada a declarar lo contrario para no perder la indemnización y un empleo en el Ministerio de Exteriores.  


Pero cuando estaba frente al cadáver de su esposo, le confió a su paisano y amigo, el ingeniero, economista, industrial, periodista y escritor Francisco Pérez de Antón, que ella le había pedido a Jaime que no acompañara a Cajal en sus reiteradas visitas al departamento del Quiché para reunirse con guerrilleros y algunos curas españoles que simpatizaban con la subversión. 


El abyecto ex embajador Máximo Cajal dijo que la quema de las oficinas de la embajada “fue planeada”, y en eso dijo la verdad porque, en efecto, él planeó con los guerrilleros subversivos la “toma pacífica” durante su última visita al triángulo Ixil del Quiché, donde acordaron lo que llamaron “Plan de la subida”(en contraposición a la Embajada) y para asegurarse que el hecho tendría resonancia internacional, convocó con inaudita insistencia para que se presentaran en su oficina exactamente a la misma hora que llegaran los invasores “pacíficos”, a distinguidos juristas guatemaltecos para que sirvieran de rehenes: Eduardo Cáceres Lenhoff, ex Vicepresidente de la República, Adolfo Molina Orantes, ex ministro de Relaciones Exteriores, licenciado Luis Beltranena Sinibaldi y doctor Mario Aguirre Godoy, quienes le habían solicitado una cita para hacer arreglos para una próxima reunión internacional de juristas que tendría lugar en Guatemala. 


Por eso digo que Cajal se comportó como un bellaco irresponsable y un tramposo. Lo primero por haber invitado a los campesinos a invadir “pacíficamente” sus instalaciones para que, amparados en la inmunidad de su sede diplomática, hicieran una denuncia contra las autoridades militares, lo cual significa inmiscuirse en los asuntos internos de nuestro país; y lo segundo por haber insistido en que llegasen a ese hora precisa los ilustres abogados para que sirviesen de rehenes de los invasores.


Esa fue una cobarde y vil trampa artera que el embajador de España les tendió, al extremo que hizo que su  secretaria llamara por teléfono constantemente a las oficinas y a las residencias de esos distinguidos abogados insistiendo en que debían llegar puntualmente a las 11 de la mañana, porque era la hora en que estaba previamente programada la “ocupación pacífica”. (Fin de la columna).

 

Las correrías de Máximo Cajal y sus conspiraciones desde la izquierda internacional en contra de mi País nunca cesaron, y tras su planificado escape del incendio de la embajada de España regreso a su País, y luego de una corta retirada de su carrera diplomática pública, fue nombrado como Cónsul de España en New York,  e inmediatamente se convirtió en el “enlace”, con el embajador de España en las Naciones Unidas, Jaime de Piniés, marxista convencido, quien inmediatamente les ofreció un respaldo “total, sin matices, ni condiciones”. Se conformaba de esta manera un equipo de diplomáticos marxistas españoles decididos a apoyar la conspiración para dar vida a “La Farsa del Genocidio en Guatemala” diseñada por  paisanos suyos, curas marxistas llegados a Guatemala en los años 70s quienes en aquella época se convirtieron en ideólogos del Ejercito Guerrillero de los Pobres EGP,  Según Luis Gurriarán, uno de los curas egepianos,  “apoyar su causa es parte de mi trabajo, nos dijo el veterano diplomático”. (Guatemala. El silencio del gallo. Página 274).

 

Háblenos de Rigoberta Menchú ¿Quién es realmente está mujer?

 

Rigoberta Menchu Tum, es un montaje de la izquierda internacional. Ex militante del Comité de Unidad campesina CUC brazo campesino y cantera de futuros combatientes para los Frentes Guerrilleros del autodenominado Ejército Guerrillero de los Pobres EGP, es producto de la militancia de su padre Vicente Menchú, quien falleció quemado en la toma de la embajada de España en 1981 tras lanzar un coctel molotov que exploto accidentalmente dentro del interior de la embajada dando inicio a un incendio que se extendió al explotar todos los cocteles molotov que llevaban sus compañeros guerrilleros. Luego de esa tragedia Rigoberta fue trasladada desde la aldea Chimel, municipio de Uspantán, departamento de El Quiché, de dónde es originaria, hacia la ciudad capital, por curas marxistas españoles responsables del CUC hacia la ciudad capital en donde permaneció en entrenamiento y capacitación hasta que finalmente fue sacada hacia México inicialmente y trasladada luego hacia New York, y luego a Europa.    

 

Los curas guerrilleros extranjeros en su mayoría españoles tras considerar que la ofensiva lanzada por las Fuerzas de Seguridad del Estado de Guatemala en contra de los Frentes Guerrilleros de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca URNG, había develado la imposibilidad del triunfo militar de la guerrilla, sueño que ellos esperaban y planificaban conjuntamente con la dirigencia de las cuatro organizaciones que integraban la insurgencia guatemalteca. Y fue así como en septiembre de 1982 la Comandancia General de URNG les indicó a los ideólogos mencionados: “Ahí tienen ustedes el ¡Frente nuevo de combate! New York”. ¡El objetivo es conseguir a toda costa, una resolución en contra del Gobierno, por genocidio! (Guatemala. El silencio del gallo, página 270). Tildando en adelante al gobierno de turno de genocida, la farsa estaba montada, solo era cuestión de tiempo, para ¡revertir en el campo político diplomático, la derrota militar que habían sufrido sus huestes en el campo de batalla!


Para el efecto, y con la intención de hacer más amigable o creíble su actividad, este grupo de expertos conspiradores nacionales e internacionales se constituyeron y en adelante se dieron a conocer como “Representación Unitaria de Oposición Guatemalteca” RUOG. Recurriendo para la apertura de los necesarios “espacios de credibilidad”, a gente con mucha experiencia ligados a bufetes y grupos lobistas norteamericanos, con pensamiento marxista, quienes les aconsejaron “Deben de conseguir que alguna institución afín a los grupos a los que pertenece, les apoye y les dé una credencial”. Para ello, maquiavélicamente “utilizaron a Rigoberta Menchú Tum” ya que el “Congreso Internacional de Tratados Indios”, creado por los Consejo de los Pueblos in- dios de los Estados Unidos, había sido reconocido como grupo “no gubernamental” o sea una ONG con ¡sede permanente en Las Naciones Unidas! Fueron ellos quienes, después de que se victimizara como indígena Rigoberta Menchú, le proporcionaron una credencial. Ya con uno de los integrantes del grupo acreditado, al salvadoreño Frank Larrué a su vez lo avaló una asociación de juristas. Luis Gurriarán consiguió, luego de bastantes súplicas y regateos, que una asociación de Popes de la Iglesia ortodoxa rusa, fingiera y mintiera sobre su pertenencia a ésta, identificándolo a su vez.

 

Con la consecución de estos apoyos “la suerte estaba echada”, la consigna que se generalizó en los pasillos de las Naciones Unidas, exacerbada por todos los países marxistas socialistas, era que el Gobierno del General José Efraín Ríos Montt debía ser condenado a toda costa, y los preparativos para ello se intensificaron. El objetivo inmediato lo consiguieron: azuzado por los socialistas, el embajador de Suecia “se ofreció para presentar y defender la resolución de condena en contra del Estado de Guatemala”. Según palabras del Cura marxista español Luis Gurriarán, “el embajador les presentó un esquema o borrador, todos los involucrados le dieron  vueltas (manipularon) y redactaron el texto, que consistía en: “una virulenta condena al Gobierno de Guatemala, por sus violaciones a los derechos humanos” (ya no importaba si era cierto o no, lo importante era seguir con la farsa y estigmatizar al Ejército vencedor) acompañada por una petición a los demás gobiernos para que no les prestaran ¿ayuda militar? El objetivo, claro, ¡era aislar y luego ahogar a un Ejército, que luchaba por defender al Estado y sus instituciones, con míseros recursos, pero con una moral combativa y un liderazgo a toda prueba!

La conspiración, en base al apoyo de los países socialistas y la izquierda gringa, se fortalecía aceleradamente. Pronto como consecuencia del intenso trabajo de lobby efectuado por el embajador de Suecia ante las Naciones Unidas, a la ofensiva diplomática marxista se sumaron los gobiernos de España, Holanda, y Bélgica. La propuesta final del documento mártir, corregido sistemáticamente por todos los involucrados, estuvo listo. Sin embargo, aún con la fuerte presión de los lobistas de URNG y del embajador de Suecia, no incluía la palabra mágica esperada con ansiedad por Gurriarán y sus acólitos: “genocidio”. 


Quienes la redactaron, sabedores de que era imposible comprobar una acusación de esa magnitud y connotación, decidieron no incluirla. Sin embargo, siguiendo la línea trazada por los cubanos y marxistas mexicanos, salvadoreños, sandinistas y españoles, hacía referencia a la supuesta “represión masiva” dirigida por el Estado, además de la supuesta ¡matanza y desplazamiento masivo de poblaciones indígenas! (El EGP, de esta manera, expiaba su culpa en cuanto a las posibles consecuencias de la campaña de desplazamiento forzoso hacia las profundidades de las montaña, o hacia la frontera mexicana; ordenada a los CCL, para que movieran a las pocas bases que les quedaban, en esas dos direcciones, de acuerdo a la distancia de la frontera a que se encontraran). 


Con ello, los objetivos estratégicos de la URNG en el campo internacional estaban prácticamente alcanzados. Los profesionales del lobismo que les asesoraban los convencieron de que tuvieran paciencia, que el éxito alcanzado para entonces con esa resolución era muy importante y que “todo era cuestión de tiempo y de un juego de matices”. Con el beneplácito de todos los involucrados ¡la resolución fue aprobada durante la Asamblea General de la ONU, con fecha 17 de diciembre de 1982. Sin pérdida de tiempo los terroristas de corbata encabezados por Frank Larrué, Gurriarán y Rigoberta Menchú, iniciaron a partir de enero de 1983 una fase más de la farsa.


Con los vastos recursos económicos obtenidos de parte de los países socialistas comprometidos, emprendieron un importante esfuerzo en dos direcciones: Rigoberta Menchú, a quien ya se había seleccionado por parte de la URNG para el “Proyecto Premio Nobel de la Paz”, contando con el completo apoyo de España, Francia, Suecia y Noruega, fue enviada a intensificar el trabajo político diplomático a Ginebra, específicamente en la Comisión Permanente de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos.


Frank Larrué y Luis Gurriarán fueron enviados a Washington. Según palabras de Gurriarán, para “abrir una nueva trinchera en el Congreso y Senado de los Estados Unidos”. Relata en su libro Gurriarán: “orientados por la Wola y Frank Larrué, concentramos nuestras presiones en los demócratas, aunque también tocamos a los republicanos de orientación liberal. Me pasé un año y medio visitando congresistas”. Al cabo de dos años (1984), el perverso trabajo de lobby de Gurriarán, Frank Larrué y el ala izquierda de la Iglesia católica guatemalteca obtuvo el resultado deseado. Lograron que el Congreso de los Estados Unidos, emitiera una moción en la que se negaba cualquier opción de una posible ayuda militar al Estado de Guatemala (paupérrima ayuda suspendida por el gobierno de Jimmy Carter desde la década de los 70s). Pero lo más importante, para concretar parcialmente esta FARSA, basados en un documento de “la Conferencia Episcopal guatemalteca” (liderada en aquel entonces, nuevamente, por Gerardi) se utilizaba por vez primera el ansiado término de “genocidio

La farsa, pues, lograba su objetivo estratégico. Que el Estado de Guatemala, fuera sindicado de genocida y estigmatizado por un supuesto genocidio que nunca existió. Parte importante y visible de esta conspiración y montaje perverso fue Rigoberta Menchú Tum. 


Y bueno como es tradicional, le invito a que dirija unas palabras a nuestros lectores de España.


Amigos españoles y ciudadanos del mundo que lean esta entrevista: El final del Enfrentamiento Armado Interno en Guatemala, fue el corolario de una insulsa negociación entre delegados de un Gobierno permeado por izquierdistas ex integrantes de las organizaciones terroristas quienes cedieron a sus “ex compañeros” espacios jamás logrados por medio de las armas. La psicopolítica empleada, trajo consigo la persecución de militares como resultado de obscuros manejos mediáticos, y vericuetos legales destinados a provocar indebidos sentimientos de culpa por la supuesta comisión de  acciones de “lesa humanidad”. 


La existencia de un supuesto genocidio para burlar una “Ley de reconciliación Nacional” y amnistías reconocidas para los dos bandos, es utilizada por ONGs neo marxistas para manipular la mente de la sociedad nacional e internacional que ignora la verdad histórica de lo sucedido. Como colofón por todo el Continente Americano y nuestro País hace presencia un movimiento de masas surgido y conducido por los ex dirigentes de las Organizaciones Terroristas que mutaron su militancia armada hacia temas ambientales, pacifistas, de derechos humanos, etc. 

 

Las consignas “defensa de los derechos Indígenas”, “defensa de los territorios ancestrales”, “criminalización de los movimientos sociales”, resuenan en nuestro País y toda Latinoamérica, anunciando la nueva ofensiva de los neo marxistas tras la manipulación de la verdad sobre lo acontecido durante el EAI, ante la anomia de una sociedad dirigida por funcionarios débiles, faltos de carácter y políticamente correctos. Ésta es la situación a la que deben enfrentarse actualmente Guatemala e Hispanoamérica ante un agresivo Foro de Sao Paulo y el más reciente Grupo de Puebla, convertidos en una nueva “Internacional Comunista” que enfoca su estrategia en hacerse con el poder en nuestra Latinoamérica actual. Espero que los hechos acotados y perfectamente documentados en mi Compendio Histórico “Las Batallas por Guatemala” contribuyan al conocimiento de la verdad histórica de mi bella Guatemala. Capitán y Licenciado Òscar Platero. 

 

Un saludo cordial y muchas gracias por participar.


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